lunes, 29 de octubre de 2018

Presentación



Dis-curro: Festival de poesía en FHUC-UNL




El miércoles 10 de octubre presentamos el último libro barriletero La mediación de lectura en Barriletes. Saberes de una biblioteca comunitaria en el Festival de poesía de les estudiantes de Letras de la FHUC, agrupades en Juguete Rabioso. 

Fue una tarde re linda, en la que nos acompañaron Analía Gerbaudo y Martina Ramirez con amorosas lecturas y comentarios sobre el Cuaderno Barriletero; también hubo feria de editoriales amigas: Corteza Ediciones, Vera Ediciones y Editorial de l’aire; armado de libros cartoneros en vivo, en directo y abierto a quien quiera gracias a las chicas de Vera y terminamos la nochecita con micrófono abierto escuchando lecturas de quienes publicaron en la revista rabiosa (https://revistarabiosafhuc.wordpress.com/) 

La mediación de lectura en Barriletes. Saberes de una biblioteca comunitaria es un libro escrito por les talleristas barrileteres Lautaro Maidana, Hernán Hirchsfeld y Milena Frank, y diseñado por Candela Caudana. Esta publicación se enmarca en una serie de Ediciones Barriletes titulada “cuadernos de trabajo” porque guarda en la forma de un cuaderno escolar, los apuntes del gran ovillo que es la mediación de lectura. Esta práctica teorizada por diverses autores es para la biblioteca comunitaria de Barriletes un modo de trabajo, un modo de vincularse con otras personas. Consiste sencillamente en construir(se) un tiempo para generar encuentros y tender puentes de ida y vuelta hacia lo poético. Para esto no existen recetas fáciles o modelos a seguir, porque el territorio de la poesía es travieso e inquieto. Cada texto nos interpela, nos proporciona distintos modos de establecer dinámicas para entusiasmar a otres en su lectura.

Agradecemos este encuentro para poder compartir aquello que aprendimos y seguimos aprendiendo en los diferentes espacios en los que mediamos literatura, buscando propiciar tiempos para lo poético, que entendemos como algo vital para las personas.

Compartimos aquí los textos leídos por Analía y Martina en la presentación, junto a algunas fotos de la tarde tomadas por Gaspar Bertoni. 








Presentación de La mediación de lectura en Barriletes. Saberes de una biblioteca comunitaria (2017)

Por Martina Ramírez


En un momento híbrido, andrógino de mi vida como estudiante, en el cual tengo que empezar a pensarme en espacios educativos diferentes a la facultad, considero que el cuaderno de Barriletes (me gusta llamarlo así) acerca algunas afirmaciones sostenidas por las experiencias de quienes las sintieron en el cuerpo, que vienen muy bien para alguien con casi nula experiencia en la enseñanza de la literatura. Igual ojo. No acerca recetas sino relatos experienciales potenciados con las voces de Laura Devetach, Michel Petit, Graciela Montes, entre otras; todo lo cual conforma una narración que vuelve a instalar la pregunta de qué tiene que ver la escuela con la literatura, o por qué y para qué la literatura tiene que ser considerada como un derecho de cualquier persona.
¿Cómo puede ser entendida la figura del lector? ¿Cómo podemos entender lo poético y lo artístico? ¿Qué es un mediador de lectura? ¿Qué es la alfabetización poética? ¿Qué es una biblioteca comunitaria? Son algunas de las preguntas con las cuales Lautaro, Milena y Hernán tuvieron que enfrentarse y lidiar en la batalla de los consensos que impone la linealidad de la escritura . Para conocer qué opina el equipo de mediación de lectura de Barriletes las y los invito a leer esta producción por diferentes motivos. En primer lugar, creo que una de sus virtudes es la síntesis conceptual que presenta de un largo camino de trabajo en territorio y de formación teórica colectiva y sometida a discusión constante. Esto de la discusión constante puedo certificarlo porque conozco no sólo a Mile, sino también a Hernán, a Gabi, a Sofi y a Kevin, quienes fueron voces que habitualmente estuvieron presentes en algunas materias y espacios de discusión compartidos. En este punto no podemos negar el lugar que tiene en la vida de varios de nosotros y nosotras la universidad pública, donde te encontrás con gente que la tiene mucho más clara que vos y que está dispuesta a compartir todo lo que sabe porque sí, y porque no conoce otra manera de relacionarse. (Al mismo tiempo me permito una digresión: qué importante encontrar personas que se animaron a laburar en otros espacios con lógicas distintas a las de las prácticas universitarias). En segundo lugar, en términos editoriales es un libro muy bien logrado en cuanto a su diseño exterior e interior. Es un libro muy simpático y amigable para ser acercado a quien tenga algún interés por lo poético.
Ahora bien, algunos meses atrás cuando leí por primera vez el libro me surgieron algunas preguntas que me siguen resultando al menos molestas y que me gustaría compartir, y ver qué piensan ustedes al respecto:
¿Qué supone la creación de un material didáctico, comprometido, innovador, sólidamente argumentado sobre la mediación o la enseñanza de literatura? (Habría que discutir acá si mediación y enseñanza pueden ser homologables) ¿Conocimiento, experiencia, compromiso? ¿Por qué en nuestra formación como estudiantes, en algunos casos, nos acordamos un poco tarde que en gran parte, el tiempo destinado a la lectura, es un tiempo que finalmente en algún momento vamos a capitalizar en el trato con un otro? ¿Por qué tiene el lugar que tiene la mediación de lectura en la formación del estudiante de letras? ¿Cuales son los otros para los que nos formamos? ¿En qué coordenadas consideramos que vamos a intentar enseñar algo?
El 30 de mayo de este año, como muches recordarán, la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires manifestó que la “gente pobre” (gran significante flotante) no va a la universidad. Declaración que por lo menos, arrojó evidencia respecto de sus concepciones sobre la educación, quienes son las personas que habitan cotidianamente los espacios de las universidades en nuestro país, y sobre quiénes son las personas que habitan el suelo argentino. La declaración de Vidal, meses atrás, me resultó potente para pensar sobre la politicidad de nuestro curriculum y de nuestra futura profesión. Aunque soy repetitiva, reitero: ¿En qué sujeto pensamos como nuestros futuros estudiantes cuando transitamos la carrera de letras? ¿Pensamos en que nuestro aprendizaje (SÍ, AUNQUE DE MIEDO: NUESTRO APRENDIZAJE, ES DECIR, NUESTRA RESPONSABILIDAD) va a estar en función de potenciar, permitir, u obstaculizar el tránsito de los sujetos en la escuela, el instituto o la universidad? ¿Somos conscientes de que vamos a enseñar a personas que luego pueden llegar a ser diputades, almaceneres, enfermeres, policías, en fin, ciudadanes cuyas opiniones generan realidad en el discurso? ¿Para qué estudiamos? O bien, ¿Para quiénes estudiamos? Si bien estas preguntas están super trilladas, a mi me siguen angustiando un poco, pero por suerte, el derrumbe motoriza el deseo como dijo Ana en una clase de didáctica específica.
Quisiera terminar con una cita del libro que nos congrega, porque me parece que sostener lo poético como un derecho, como un espacio que debe ser garantizado porque habilita la construcción de un vínculo sincero, gratuito y emancipador con el otro, puede ser un horizonte para pensar en el para qué de nuestra formación

“Concretar espacios comunitarios y significativos de lecturas es para nosotros como organización social, una práctica de militancia cultural. Sabemos que apostar por lo poético, desde un trabajo sostenido y vincular, no soluciona las marginaciones, las vulnerabilidades y carencias (…). Pero si empezamos a entender lo poético como un equipaje vital y necesario, si entendemos que el afecto y la ´cultura tiene la habilidad de dinamizar procesos, sean estos de cambio, de consolidación de identidades locales, de arraigo, de respeto a la diversidad de una comunidad ´(Negri y Correa, 2014: 125), quizás encontremos un hilito para construir el sueño de una sociedad un poco más igualitaria, conociendo los riesgos y las transformaciones que conlleva soplar un bicho de luz.” (pág. 40)









“Sin estridencias” (o algo más sobre el orden “nano”)

Por Analía Gerbaudo


Me gusta la expresión “sin estridencias”: la usaba Dina San Emeterio en sus descripciones de estilos de uso del lenguaje, no sólo en la literatura (Dina que, aclaro para quienes no leyeron el libro, aparece mencionada por su aporte categorial más importante: su comparación de la teoría literaria como una lupa que ayuda a ampliar la visión de los objetos que caigan bajo su lente).
En este libro cuya puesta en circulación hoy celebramos se usa la expresión en la contratapa: el trabajo que Lautaro Maidana, Hernán Hirschfeld y Milena Frank emprenden es nada menos que el de “escribir teoría desde Barriletes”. Una escritura que quieren difundir “sin estridencias”.
Quisiera desplazarme del “me gusta” que me trae el eco de los posteos del mundo Facebook que no transito, a la fundamentación razonada de la importancia de este libro que, a partir de este año va a integrar la bibliografía obligatoria de Didácticas de la lengua y de la literatura en esta facultad. Para ello, y para no repetir los contenidos a cuya lectura envío, simplemente quiero sintetizar las razones para dicha inclusión. A la pregunta de por qué incluir este texto entre las lecturas de la materia, respondería:
Porque en el mejor estilo bourdesiano, a cuyas lecturas de todos modos envío, construye teoría a partir de una práctica de intervención comunitaria;
Porque describen esa práctica brindando instrumentos para, por analogía y/o contraste, imaginar otras propias;
Porque actualizan el sentido de un taller como una forma posible de un “aula de literatura”, formal o no formal;
Porque el mejor ejemplo de lo que pueden los estudiantes es mostrar lo que hacen los estudiantes.
Pienso en este libro, pienso en la revista de Barriletes, pienso en una publicación imaginada por alguien que conocí siendo estudiante, ahora profesor de esta facultad: estoy hablando de Juan Pascual y su lugar clave en el armado del periódico Pausa. Sin exageraciones podría decir que estos son, básicamente, los medios a partir de los que me informo. Las razones son otras y daría lugar a otra presentación expandirlas, aunque no quería dejar pasar la oportunidad para generar estos envíos cruzados a diferentes producciones generadas por gente joven que apuesta, desde un cuidado uso de la palabra, desde un uso responsable y ético del lenguaje, desde una obsesiva atención política al modo de nombrar, por prácticas casi invisibles, minúsculas. Prácticas de ese orden que junto a Avital Ronell llamo, desde hace algún tiempo, “nano-intervenciones”. Se trata de acciones de “escala” minúscula del orden de la “pequeña tarea más que de lo espectacular” (2011: 289). Prácticas que intervienen en el espacio regulado pero no carente de “grietas” (cf. Rinesi 23) de nuestras instituciones y organizaciones.

                                   














viernes, 26 de octubre de 2018

Cartas a la mosca - Laura Fochetti


Club de lectura "Cae la noche litoral"


6to encuentro: leímos Cartas a la mosca de Laura Forchetti


Llegó la primavera a nuestro sur y la recibimos con este poemario de Laura Forchetti (Coronel Dorrego, 1964). Nos preguntamos, entre otras cosas, por qué son cartas, quién dice yo en ellas y a quién se dirige (¿una mosca?, ¿una niña?, ¿una mujer?, ¿una abeja?). Observamos cómo pasa el tiempo en estas cartas/poemas y qué ritmos tienen los objetos y seres que habitan en ellos. Miramos también algunas imágenes de herbarios y enciclopedias de otras épocas y escribimos luego un glosario sobre algunas cosas que aparecen en esta estación. Para ello tomamos algunas palabras o versos de Forchetti.


Glosario de primavera



Enebro en la salsa roja de la abuela y el delantal para ir al jardín.

Herbario: comunión de verdes que se transparentan.



Verdeazul
Se despliegan
matices de hojas
en el azul
del río

Azahar
Envuelve
despiertos
recuerdos.
Te aspiro
huelo
mientras
suspiro

Faro
Luz que se eleva
entre las aguas
guía de barcos.
Vigía cauteloso
de la noche.

Profano
Sentimiento
vivo trae
la imagen
profano se
confunde
mezcla
en mi
memoria.



Calidez: Sensación de bienestar, brota desde el centro y desborda al exterior, se contagia, se expande.

Cielorraso: Intento fallido del humano de ponerle un límite al cielo, de atraparlo, de materializarlo.

Flores: Obsequios coloridos de la naturaleza, recordatorio de que a pesar de todo nos quiere, de que a pesar de todo nos perdona.

Primavera: La estación del amor. Y quien piense lo contrario, no está abierto a discusión.

Septiembre: Noveno mes del año. En algún momento fue septimo, no se. Mes de renacimiento en el sur, comienzo del otoño en el norte.



Erizos: pequeño y tierno animal

Capullo: delicado, suave, flor a punto de nacer.

Pétalos: en su conjunto dan sentido a la belleza de las flores.



La voz susurrante en el viento suena cual canción en las hojas de los árboles a la hora de llamarte con palabras enebradas transmite un sentimiento que acaricia el alma.



Te amaré
lo que tarda
una dosis de alacrán
en destruirte.

Y si llueve
hablaré de las libélulas
me llevarán
sobre su lomo
hacia donde
las hojas enhebran
el rocío