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jueves, 4 de enero de 2018

Taller de poesía en la escuela Benavento


Frente a la inmensidad del Cosmos: crónica del taller con el sexto grado turno tarde.

Por Milena Frank



1. Recuerdos

Hay una serie de HBO que me voló la peluca, se llama Westworld. Entre tanto que hay para decir sobre esta serie, me interesa sobre todo el modo en que interroga al espectador por aquello que nos hace humanos. Y es que creo que en los relatos de ciencia ficción, la pregunta por qué es lo humano está siempre presente, implícita o explícitamente. Esta serie cuenta sobre un parque temático, ambientado en el viejo oeste norteamericano y poblado por androides que “viven” día a día las mismas narrativas, escritas y programadas por los ingenieros del parque. Las personas pagan por estar el tiempo que quieran visitando y aventurándose en un mundo pasado en el cual pueden hacer lo que deseen con los robots pobladores, incluso matarlos, porque estos androides tienen escrito en su código genético que no pueden dañar a un humano. 

Imagen promocional de Westworld

Lo que desencadena el problema en este aparente paraíso artificial es el recuerdo. Los androides comienzan a recordar sus vidas y muertes pasadas y así se despiertan por su propia voluntad. Es porque recuerdan que aprenden, que develan los mecanismos de su propio funcionamiento y los del parque. Es así como en esta serie, lo que define lo humano es un acto tan ínfimo como recordar. 
No paro de pensar en esto cuando leo los poemas de Alfredo Veiravé. Es un escritor y profesor de literatura que nació en Gualeguay y por muchos años vivió en Chaco. A sus libros los conocí en la Biblioteca de Barri, cuando mis amigxs estaban juntándose para leer literatura entrerriana. Leí sobre todo los últimos poemarios suyos. Por eso lo pienso tan asociado a la ciencia ficción. Hay varios momentos distintos que se pueden identificar en la obra poética de Veiravé. Junto a Lautaro y Carla elegimos una colección de poemas que trabajan el futuro y lo espacial. 

Aunque nos citáramos por teléfono

Me asombró esta noticia científica: frente a la inmensidad
del Cosmos, todo parece frívolo, las preocupaciones humanas
            insignificantes.
Y realmente me obligó a cerrar el libro de Sagan esta otra: si nos soltaran
al azar dentro del espacio cósmico más escéptico         
la probabilidad de que nos encontráramos
            sería inferior a una parte entre
mil millones de billones (10;33).
No obstante, mientras encendía el fuego de la chimenea,
tuve la esperanza de que girando lentamente entre las islas estelares
una vez, cada 250 millones de años, una tarde fría de otoño
con lloviznas, yo podría pasar al lado tuyo, cuando solitaria,
tomas el lento whisky de la noche oscura, a 40 millones de años luz   
    de Resistencia.


¿Podremos recordar a alguien “si nos soltaran al azar dentro del espacio cósmico”? ¿Cómo es que nos encontramos con quienes nos encontramos “frente a la inmensidad del Cosmos”? Ese fue el primer poema que leímos junto a lxs gurises. Así empezamos a charlar sobre lo que haríamos en los encuentros mensuales con ellxs, sobre qué tienen que ver la poesía y la ciencia ficción, sobre qué es la ciencia ficción. 
Una de las primeras cosas que sabemos de la ciencia ficción por este poema es que nos enfrenta a la inmensidad del cosmos. Esa inmensidad, que, como les decía Lautaro a lxs gurises, puede traernos esperanzas o darnos miedo. Esa inmensidad que, para nosotrxs en los talleres, se llamó futuro. 


2. El aula que se transformó en museo
Scott Listfeld, Death to humans

Lo primero que hicimos en el primer taller fue recorrer el aula mirando las obras que dispusimos como si estuviéramos en un museo. Todas imágenes visuales que de algún modo u otro tematizaban el futuro. Había collages de un artista estadounidense, Scott Listfield, una serie de pinturas de futuristas rusas, fotografías de movimiento, dibujos de ciudades imaginadas en el siglo XIX. 
Lxs chicxs nos esperaron afuera del aula hasta que terminamos de preparar la muestra, y luego, nos presentamos y lxs invitamos a pasar. Recorrieron su aula -un espacio que habitan cuatro horas todos los días-, buscando estas imágenes que estaban colgadas en distintas paredes, en las ventanas, en el pizarrón. 
Estuvimos mucho tiempo así. Charlamos sobre lo que nos parecía que comunicaban, los personajes que identificábamos, las que más nos gustaban o las que no. Después, lxs chicxs de a poco volvieron a sentarse en ronda, como estaban dispuestos los bancos ya antes de que nosotrxs llegáramos. Entonces anotamos algunas palabras que nos surgieron de ese momento, de esas imágenes: futuro, presente, pasado, ficción, bomba. Y también, Lautaro escribió un poema desde un comentario de uno de los chicos: “Todo me trata de decir/ una cosa/ pero no sé;/ no la escucho.”   
Ese primer momento de llegar al aula y descubrir las imágenes fue una de las escenas más luminosas. Sin decir mucho, riéndose, señalando algún detalle. De esas imágenes dibujadas pasamos a una imagen escrita. Llevamos el poema de Veiravé que cité antes, transcripto en un afiche. Lo leímos a dos voces, dispuestos a uno y otro lado del aula junto con Lautaro. Nos quedamos con las ganas de decir más de este poema. Con la pregunta por qué les significó a lxs chicxs. Les contamos brevemente quién fue Veiravé, a qué Resistencia se hace mención en ese poema. Nos preguntamos qué es un poema, qué imagen del futuro esconde éste. Tocó el recreo. 


3. Imaginar un futuro

Cuando volvemos del recreo recordamos la propuesta. En una hoja blanca, imaginar un futuro sobre el que puedan dibujar o escribir. Un futuro que puede ser de hoy para mañana, o dentro de diez, veinte, cien, millones de años. Un futuro que sea definido por cada quien. 
Diana, la docente, nos comenta que recién ahora están empezando con la producción escrita, que por ahí podía costarles. Me siento en otro lado y un chico me pregunta si podía traerlo la próxima, porque quería hacerlo en la compu. 

Paleofuturo
                                     
Me sorprende la concentración de lxs gurises. Hasta el siguiente recreo estuvimos dibujando y escribiendo, y le pedimos a la otra profe, Margarita, que nos dé un ratito más para hacer un cierre. Ese pedido lo repetimos en los próximos talleres. En esta escuela, como ven, la poesía verdaderamente importa y tiene un lugar en la currícula. 


4. Radar en la tormenta

                Y alguna vez, no siempre, guiado por el radar
                     el poema aterriza en la pista, a ciegas,
                                            (entre relámpagos)
      corretea bajo la lluvia, y al detener sus turbinas,  descienden
      de él, pasajeros aliviados de la muerte: las palabras.

Cuando volvimos del recreo juntamos las hojas y les contamos a lxs gurises de dónde veníamos y qué queríamos compartir junto a ellxs en este taller de poesía. El poema llegó al final de nuestra pequeña presentación,  y después de leerlo les dejamos dos preguntas hasta el próximo encuentro: ¿cómo se presentarían en el futuro? y ¿por qué las palabras para Veiravé son “pasajeros aliviados de la muerte”? 


5. El fanzine Futuro

Pensar el futuro en un taller con sexto grado apela directo al corazón. Esto es así porque lxs gurises están atravesando la decisión sobre en qué secundaria seguir y deben despedir quizás a algunxs amigxs, despedir a sus docentes, despedir un lugar que habitaron seis años de su niñez, todas las mañanas o las tardes, de lunes a viernes. Por eso, quisimos trabajar junto a ellxs en la confección de un objeto que, a modo de cápsula del tiempo, pueda guardar algo de lo que sienten, piensan, inventan, creen, comparten con sus compañeros, este año. 
Después de dos talleres en los que seguimos leyendo la colección de poemas de Veiravé y pensando qué es futuro, la poesía, los recuerdos y la ciencia ficción, en el último encuentro les propusimos reunir todo lo que habían producido en un fanzine. Para eso, le pedimos ayuda a Martín Pérez Campos, compañero barriletero que es gran conocedor de este arte. 
Para hacer un fanzine se necesita creatividad de collage. En hojas blancas dispusimos figuritas, tipografías, lenguajes inventados, historias, historietas, dibujos. El fanzine es fácilmente reproducible. Sólo necesitas una fotocopiadora para hacer las copias que quieras. Martín reunió las producciones de cada estudiante y así resultó el fanzine Futuro, una producción colectiva de todo el sexto grado de la tarde. En este taller lxs vi a todxs muy entusiasmadxs. Yo estaba re entusiasmada. No podía creer que haya resultado todo un lenguaje a partir de una propuesta: inventar un saludo del futuro. También me sorprendí al ver que Alfredo Veiravé era el malo en una de las historietas. O me copé cuando uno de los gurises me trajo la semana siguiente que fui a la escuela por otro taller, la continuación de su historia. 
Hacia el final de su colación les pudimos entregar sus copias. Con algunxs ahora nos seguimos por Instagram. Otrxs se coparon para seguir un taller de lectura y escritura en Barriletes este año. Habrá que ver qué siguen diciendo los encuentros infinitamente inciertos del cosmos. 
De los talleres de este año me quedé deseosa de seguir explorando en las potencias de imaginar futuros que queremos vivir, futuros posibles. Porque creo que en esa actividad se enjambran el arte, lo poético, lo íntimo, lo político, lo comunitario. 









martes, 4 de octubre de 2016

Algunos fragmentos del VIII Festival Nacional de Poesía en la Escuela en Paraná





Compartimos apuntes y registros de dos actividades planificadas este año en el marco del VIII Festival Nacional de Poesía en la Escuela que tuvo lugar en nuestro país entre los días 15 y 30 de septiembre. 

Para saber más sobre el Festival, así como adentrarse en las actividades realizadas en el resto del país, envíamos al sitio del Festival: BLOG - Poesía en la Escuela.









Miércoles 28 de septiembre. En la Escuela Nº197 Héroes de Malvinas.




El miércoles 28 de septiembre fuimos a celebrar el Festival con los chicos y chicas de la Escuela Primaria Nº 197 Héroes de Malvinas. Conocemos esta escuela porque participamos el año pasado con actividades en la Maratón de lectura, y después sus directivos nos invitaron a hacer un taller allí durante este año. Desde la Asociación Civil Barriletes realizamos en el barrio Paraná V, donde se ubica la escuela, un taller semanal que sucede en una plaza y en el Centro de Salud Arturo Illia, a
media cuadra de la escuela. Justamente por eso, nos gustó la idea de trabajar en esa institución escolar, porque desde los pequeños espacios que habitamos semanalmente en el barrio apostamos por un trabajo comunitario, en el cual se generen articulaciones entre las instituciones presentes allí.

Proyectamos un espacio de taller mensual en la escuela, con los niños y niñas del Primer ciclo, teniendo dos encuentros con cada grado. Uno de ellos sucede en la biblioteca escolar y el otro en la Sala comunitaria del Centro de Salud. A partir de este trabajo con el Primer ciclo, pensamos la propuesta que queríamos llevar en el marco del Festival.



¿La poesía puede estar en la escuela?



Esa pregunta anduvo asomándose entre la biblioteca escolar y el patio en donde nos encontramos con los chicos. Llevamos solo poemas de Edgardo Zotto, un poeta nacido en Rosario que falleció hace muy pocos años. Queríamos hacerle esa tarde un homenaje. No conseguimos toda su obra, pero sí teníamos sus dos últimos libros hermosos publicados por Iván Rosado, Diario del regreso y Mayo del ´68, y uno del 2010, titulado Buceo. A partir de esos tres poemarios, armamos una antología para leer esa tarde. Fuimos a la escuela con nuestros susurradores, muchas tizas, pinturas, hojas y lápices. Invitamos a una compañera barriletera que estudia fotografía para que haga un registro. Muchas veces las escenas de taller que se construyen son tan intensas, que buscar la cámara para una foto, salirse de la escena, hace que se diluya. Por eso nos resultó necesario ese trabajo sigiloso de Stefa.




Elegimos los poemas de Edgardo Zotto por las imágenes que construyen. Poemas por lo general breves, que trabajan sobre detalles imperceptibles para el trajín cotidiano, como en Gouche: “Goma y miel/ en el agua que diluye/ las flores del laurel/ y en el esbozo del arroyo que/ de tan pequeño/ se confunde con la gota/ de rocío que cae/ en el papel de la mañana” (Buceo, 2010).  Con estos poemas, les propusimos a los estudiantes armar un álbum. Ese álbum sería intervenido tanto por los de Tercer grado como por los de Primero, así que por eso les pedimos ayuda a los más grandes para transcribir la antología en grandes hojas y después sus compañeros ilustraron el significado de alguno de los versos de esas transcripciones. De esa tarde, detrás de los papeles con poemas intervenidos por los gurises, quedan imágenes luminosas, algunas de las cuales trataremos de rememorar.

El encuentro de los chicos de 3ero con Diario del regreso fue con los ojos cerrados. Estuvimos en la biblioteca, sentados en dos grandes hileras de bancos enfrentadas, imaginando cómo sería ese libro, cómo serían los poemas que tiene dentro, como sería quien los escribió. De pronto, una pregunta hace que nos pongamos a escribir. ¿Qué es un regreso? ¿Cómo es tu regreso desde la escuela a tu casa? Hay distintos materiales en una mesita, para elegir a gusto. Por ahí alguien vuelve a preguntar qué es un regreso, en voz bajita porque en ese momento la actividad era silenciosa.


















En los recreos, nos llevamos al patio los susurradores y un par de libros de la biblioteca escolar. En el recreo de la mitad de la jornada, los gurises toman la merienda, así que nos colamos en el comedor para llevar algunas palabras con que acompañar la merienda. Había pocos niños. Cada tallerista andaba con un libro, susurrando, tirando al aire los textos que llevamos. Entre ellos, La vaca ventilador de Graciela Repún. Los poemas que escribe Repún trabajan desde distintas formas, construyendo caligramas o juegos con distintas onomatopeyas y sonoridades. Algunos de ellos leímos también en el primer recreo, sentaditos debajo de una sombra.



En la última hora trabajamos con los chicos y chicas de primer grado. Antes de que pudiésemos proponerles alguna actividad, armaron con nosotros una ronda muy apretada, y en esa escena tuvo lugar también esa pregunta por la poesía. Por si puede o no venir a la escuela. Por cómo hace para venir. Por dónde está entonces la poesía. Charlamos así en ronda por un buen rato. Después nos dividimos en grupos para intervenir los poemas que los estudiantes de tercero habían transcripto.




Además de imágenes, nos fuimos de la escuela con ruidos, ¿es la escuela un lugar en el que se puedan cerrar los ojos? Una acción tan mínima, pero que para permitírnosla debemos sentirnos seguros, sabiendo de que no nos pueda pasar nada. ¿Es la escuela un lugar en donde se puede construir intimidad? La poesía genera cosas, sentimientos, movimientos. Nos hace saber que somos sujetos frágiles. De allí el riesgo de cerrar los ojos, escuchar el susurro de unos versos, compartir impresiones, lecturas personales con compañeros y compañeras. De allí la luz de estas escenas que quisimos registrar. ¿Es la escuela un lugar para los poemas de Edgardo Zotto? Desde nuestro quehacer en la Biblioteca “Esos otros mundos” venimos trabajando en las escuelas con poemarios que no son pensados para un lector infantil, problematizando una idea hegemónica de literatura infantil que desde las lecturas de Diaz Rönner (La aldea literaria de los niños, 2011) nos hace ruido. Así es como propiciamos “contrabandos discursivos” al decir de la investigadora, contrabandos de los cuales los chicos se apropian y producen otros modos de lecturas que siempre nos sorprenden.













Viernes 30 de septiembre. En la Asociación Civil Barriletes.



Al igual que el año pasado, nos interesaba poder incluir dentro del Festival una instancia de formación que nos permitiera volver a pensar las prácticas. Esa instancia fue el Panel Sobre los bordes de la Escritura y la Infancia. Un espacio en que los profesores e investigadores Germán Prósperi y Daniela Fumis compartieron sus saberes en torno al borde teórico que implica la instancia de escritura en la infancia. El eje de este encuentro fueron las escrituras infantiles compiladas en Y las estrellas caminaban como nosotros (Ediciones Barriletes, 2016).

Desde la Biblioteca Comunitaria decidimos abrir ese panel confesando las inquietudes que nos llevaron a planificarlo en el marco del Festival de Poesía en la Escuela. Creemos que transcribir esas palabras es la forma más sincera de compartir parte de lo sucedido esa tarde.

Imaginamos esta Biblioteca durante los últimos años como un dispositivo de intervención territorial, de formación específica en torno a la Mediación de Lectura, y de gestión, no solo cultural sino también política. Una Biblioteca de talleristas, que hace comunidad desde el trabajo situado junto a otras instituciones (la Escuela, el Comedor, el Hospital) de nuestra ciudad a partir de los abordajes que son construidos y llevados adelante por los diferentes integrantes del Equipo de Mediación de Lectura que conformamos dentro de una Organización Social, cuya solidez y transparencia nos enorgullece cotidianamente.

Cómo capacitarnos para lo que no hay capacidad, se preguntaba a fines del año pasado la psicoanalista Norma Barbagelata. ¿Qué esperamos de los saberes? Cómo formarnos para lo impensado que la vulnerabilidad social nos muestra. En esa fragilidad a la que nos exponemos las Organizaciones Sociales, hay nombres propios a los que volvemos, a los que convocamos para saber cómo volver. En el proyecto comunitario de la Biblioteca barriletera, las voces de Germán Prósperi y Daniela Fumis, docentes e investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias (UNL), se inscriben en la trama de vínculos que nos sostienen. Vínculos que nos siguen permitiendo volver a mirar las prácticas y, aún más, seguir teniendo tiempo, cuerpo y corazón para poder seguir llevándolas adelante.

La profundidad de sus preguntas en torno al borde construido entre la infancia y la literatura, la insistencia en colocar a la infancia en un lugar de inestable interrogación, nos hace fantasear con las lecturas posibles que estos profesores aporten alrededor de Y las estrellas caminaban como nosotros. Un libro concebido como archivo de la escritura sucedida en los talleres sostenidos junto a niños y niñas de los barrios Paraná y Villa Mabel. Un libro entendido también como modo de intervención sobre estas escrituras, como propuesta de una política de lectura que finalmente entienda a las escrituras infantiles como escrituras literarias, donde demos lugar a una autoría infantil como parte de la sensibilidad autónoma en la infancia.



Este Panel entonces cierra el círculo propuesto por la publicación de Y las estrellas... al invitar a los “críticos literarios” a leer el papel escrito en letra de niño. De esos desfasajes vivimos quienes apostamos aún a la palabra, a la transferencia, a la trama comunitaria. De esos aprendizajes inesperados sabe el Festival Nacional de Poesía en la Escuela, esa experiencia federal que desde hace siete años aúna instituciones educativas y culturales de Argentina año a años en pos de proponer acercamientos de la poesía y los poetas a la Escuela.

Desde el año pasado, Barriletes forma parte de este Festival proponiendo un trabajo interinstitucional que este año nos encontró visitando la Escuela Nº197 Héroes de Malvinas. Desde el pasado quince de septiembre hasta hoy, se han repetido en nuestro país las más diversas experiencias de Taller, visitas de poetas y propuestas artísticas en el marco de ese Festival, al cual este Panel se suma. Mirar las fotos, leer los registros, observar el libro publicado por el Festival este año, Pie firme sobre cálido cielo, nos reconfirma certezas, nos vuelve a hablar de las posibilidades que encontramos en medio de los imposibles.

Este año en particular, el Festival Nacional de Poesía en la Escuela se nos presenta como nuestro más claro movimiento frente al vaciamiento del Plan Nacional de Lectura y la discontinuidad de las políticas de compra de libros por parte del Ministerio de Educación Nacional. Esos libros que permiten, en las diferentes escuelas que transitamos, a muchos niños y niñas tener por primera vez la experiencia de ser lector de biblioteca.

De pronto vemos a los poetas fotografiados con tiza, en pose de maestros, usando el pizarrón. Y así la escena escolar se mueve, porque vuelve a señalarnos su necesidad. Migrar la palabra poética al aula, migrar la palabra áulica a Barriletes.

Uno de los textos de Germán favoritos de esta Biblioteca es “Decir el mar: algunas hipótesis sobre la formación docente”. Varias veces lo hemos fotocopiado y dado a leer a las docentes y bibliotecarias con que trabajamos. Se trata de un texto viejo, escrito en Santa Fe para otro público, en el cual ninguno de nosotros nos contábamos. Desde esa escritura hasta aquí, en ese desfasaje de tiempos y espacios que llamamos lectura, se construye esta Biblioteca. Aún tratamos de responder a ese texto, Germán. Quizás porque el deseo sigue provocando excesos.