Compartimos apuntes y registros de dos actividades planificadas este año en el marco del VIII Festival Nacional de Poesía en la Escuela que tuvo lugar en nuestro país entre los días 15 y 30 de septiembre.
Para saber más sobre el Festival, así como adentrarse en las actividades realizadas en el resto del país, envíamos al sitio del Festival: BLOG - Poesía en la Escuela.
Miércoles 28 de septiembre. En la Escuela Nº197 Héroes de Malvinas.
El miércoles 28
de septiembre fuimos a celebrar el Festival con los chicos y chicas de la Escuela
Primaria Nº 197 Héroes de Malvinas.
Conocemos esta escuela porque participamos el año pasado con actividades en la
Maratón de lectura, y después sus directivos nos invitaron a hacer un taller
allí durante este año. Desde la Asociación Civil Barriletes realizamos en el
barrio Paraná V, donde se ubica la escuela, un taller semanal que sucede en una
plaza y en el Centro de Salud Arturo
Illia, a
media cuadra de la escuela. Justamente por eso, nos gustó la idea de
trabajar en esa institución escolar, porque desde los pequeños espacios que
habitamos semanalmente en el barrio apostamos por un trabajo comunitario, en el
cual se generen articulaciones entre las instituciones presentes allí.
Proyectamos un
espacio de taller mensual en la escuela, con los niños y niñas del Primer
ciclo, teniendo dos encuentros con cada grado. Uno de ellos sucede en la
biblioteca escolar y el otro en la Sala comunitaria del Centro de Salud. A
partir de este trabajo con el Primer ciclo, pensamos la propuesta que queríamos
llevar en el marco del Festival.
¿La poesía puede estar en la escuela?
Esa pregunta
anduvo asomándose entre la biblioteca escolar y el patio en donde nos
encontramos con los chicos. Llevamos solo poemas de Edgardo Zotto, un poeta
nacido en Rosario que falleció hace muy pocos años. Queríamos hacerle esa tarde
un homenaje. No conseguimos toda su obra, pero sí teníamos sus dos últimos
libros hermosos publicados por Iván Rosado, Diario
del regreso y Mayo del ´68, y uno
del 2010, titulado Buceo. A partir de
esos tres poemarios, armamos una antología para leer esa tarde. Fuimos a la
escuela con nuestros susurradores, muchas tizas, pinturas, hojas y lápices.
Invitamos a una compañera barriletera que estudia fotografía para que haga un
registro. Muchas veces las escenas de taller que se construyen son tan intensas,
que buscar la cámara para una foto, salirse de la escena, hace que se diluya.
Por eso nos resultó necesario ese trabajo sigiloso de Stefa.
Elegimos los
poemas de Edgardo Zotto por las imágenes que construyen. Poemas por lo general
breves, que trabajan sobre detalles imperceptibles para el trajín cotidiano,
como en Gouche: “Goma y miel/ en el
agua que diluye/ las flores del laurel/ y en el esbozo del arroyo que/ de tan
pequeño/ se confunde con la gota/ de rocío que cae/ en el papel de la mañana”
(Buceo, 2010). Con estos poemas, les
propusimos a los estudiantes armar un álbum. Ese álbum sería intervenido tanto
por los de Tercer grado como por los de Primero, así que por eso les pedimos
ayuda a los más grandes para transcribir la antología en grandes hojas y
después sus compañeros ilustraron el significado de alguno de los versos de
esas transcripciones. De esa tarde, detrás de los papeles con poemas
intervenidos por los gurises, quedan imágenes luminosas, algunas de las cuales
trataremos de rememorar.
El encuentro de
los chicos de 3ero con Diario del regreso
fue con los ojos cerrados. Estuvimos en la biblioteca, sentados en dos
grandes hileras de bancos enfrentadas, imaginando cómo sería ese libro, cómo
serían los poemas que tiene dentro, como sería quien los escribió. De pronto,
una pregunta hace que nos pongamos a escribir. ¿Qué es un regreso? ¿Cómo es tu
regreso desde la escuela a tu casa? Hay distintos materiales en una mesita,
para elegir a gusto. Por ahí alguien vuelve a preguntar qué es un regreso, en
voz bajita porque en ese momento la actividad era silenciosa.
En los recreos,
nos llevamos al patio los susurradores y un par de libros de la biblioteca
escolar. En el recreo de la mitad de la jornada, los gurises toman la merienda,
así que nos colamos en el comedor para llevar algunas palabras con que
acompañar la merienda. Había pocos niños. Cada tallerista andaba con un libro,
susurrando, tirando al aire los textos que llevamos. Entre ellos, La vaca ventilador de Graciela Repún.
Los poemas que escribe Repún trabajan desde distintas formas, construyendo
caligramas o juegos con distintas onomatopeyas y sonoridades. Algunos de ellos
leímos también en el primer recreo, sentaditos debajo de una sombra.
En la última
hora trabajamos con los chicos y chicas de primer grado. Antes de que
pudiésemos proponerles alguna actividad, armaron con nosotros una ronda muy
apretada, y en esa escena tuvo lugar también esa pregunta por la poesía. Por si
puede o no venir a la escuela. Por cómo hace para venir. Por dónde está
entonces la poesía. Charlamos así en ronda por un buen rato. Después nos
dividimos en grupos para intervenir los poemas que los estudiantes de tercero
habían transcripto.
Además de imágenes, nos fuimos de la escuela con
ruidos, ¿es la escuela un lugar en el que se
puedan cerrar los ojos? Una acción tan mínima, pero que para permitírnosla
debemos sentirnos seguros, sabiendo de que no nos pueda pasar nada. ¿Es la
escuela un lugar en donde se puede construir intimidad? La poesía genera cosas,
sentimientos, movimientos. Nos hace saber que somos sujetos frágiles. De allí el
riesgo de cerrar los ojos, escuchar el susurro de unos versos, compartir
impresiones, lecturas personales con compañeros y compañeras. De allí la luz de
estas escenas que quisimos registrar. ¿Es la escuela un lugar para los poemas
de Edgardo Zotto? Desde nuestro quehacer en la Biblioteca “Esos otros mundos”
venimos trabajando en las escuelas con poemarios que no son pensados para un
lector infantil, problematizando una idea hegemónica de literatura infantil que
desde las lecturas de Diaz Rönner (La
aldea literaria de los niños, 2011) nos hace ruido. Así es como propiciamos
“contrabandos discursivos” al decir de la investigadora, contrabandos de los
cuales los chicos se apropian y producen otros modos de lecturas que siempre
nos sorprenden.
Viernes 30 de septiembre. En la Asociación Civil
Barriletes.
Al igual que el
año pasado, nos interesaba poder incluir dentro del Festival una instancia de
formación que nos permitiera volver a pensar las prácticas. Esa instancia fue
el Panel Sobre los bordes de la Escritura
y la Infancia. Un espacio en que los profesores e investigadores Germán
Prósperi y Daniela Fumis compartieron sus saberes en torno al borde teórico que
implica la instancia de escritura en la infancia. El eje de este encuentro
fueron las escrituras infantiles compiladas en Y las estrellas caminaban como nosotros (Ediciones Barriletes,
2016).
Desde la
Biblioteca Comunitaria decidimos abrir ese panel confesando las inquietudes que
nos llevaron a planificarlo en el marco del Festival de Poesía en la Escuela.
Creemos que transcribir esas palabras es la forma más sincera de compartir
parte de lo sucedido esa tarde.
Imaginamos esta
Biblioteca durante los últimos años como un dispositivo de intervención
territorial, de formación específica en torno a la Mediación de Lectura, y de
gestión, no solo cultural sino también política. Una Biblioteca de talleristas,
que hace comunidad desde el trabajo situado junto a otras instituciones (la
Escuela, el Comedor, el Hospital) de nuestra ciudad a partir de los abordajes
que son construidos y llevados adelante por los diferentes integrantes del
Equipo de Mediación de Lectura que conformamos dentro de una Organización
Social, cuya solidez y transparencia nos enorgullece cotidianamente.
Cómo
capacitarnos para lo que no hay capacidad, se preguntaba a fines del año pasado
la psicoanalista Norma Barbagelata. ¿Qué esperamos de los saberes? Cómo
formarnos para lo impensado que la vulnerabilidad social nos muestra. En esa
fragilidad a la que nos exponemos las Organizaciones Sociales, hay nombres
propios a los que volvemos, a los que convocamos para saber cómo volver. En el
proyecto comunitario de la Biblioteca barriletera, las voces de Germán Prósperi
y Daniela Fumis, docentes e investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias
(UNL), se inscriben en la trama de vínculos que nos sostienen. Vínculos que nos
siguen permitiendo volver a mirar las prácticas y, aún más, seguir teniendo
tiempo, cuerpo y corazón para poder seguir llevándolas adelante.
La profundidad
de sus preguntas en torno al borde construido entre la infancia y la
literatura, la insistencia en colocar a la infancia en un lugar de inestable
interrogación, nos hace fantasear con las lecturas posibles que estos
profesores aporten alrededor de Y las
estrellas caminaban como nosotros. Un libro concebido como archivo de la escritura sucedida en los
talleres sostenidos junto a niños y niñas de los barrios Paraná y Villa Mabel.
Un libro entendido también como modo de intervención sobre estas escrituras,
como propuesta de una política de lectura que finalmente entienda a las
escrituras infantiles como escrituras literarias, donde demos lugar a una
autoría infantil como parte de la sensibilidad autónoma en la infancia.
Este Panel
entonces cierra el círculo propuesto por la publicación de Y las estrellas... al invitar a los “críticos literarios” a leer el
papel escrito en letra de niño. De esos desfasajes vivimos quienes apostamos
aún a la palabra, a la transferencia, a la trama comunitaria. De esos
aprendizajes inesperados sabe el Festival Nacional de Poesía en la Escuela, esa
experiencia federal que desde hace siete años aúna instituciones educativas y
culturales de Argentina año a años en pos de proponer acercamientos de la
poesía y los poetas a la Escuela.
Desde el año pasado,
Barriletes forma parte de este Festival proponiendo un trabajo
interinstitucional que este año nos encontró visitando la Escuela Nº197 Héroes de Malvinas. Desde el pasado
quince de septiembre hasta hoy, se han repetido en nuestro país las más
diversas experiencias de Taller, visitas de poetas y propuestas artísticas en
el marco de ese Festival, al cual este Panel se suma. Mirar las fotos, leer los
registros, observar el libro publicado por el Festival este año, Pie firme sobre cálido cielo, nos
reconfirma certezas, nos vuelve a hablar de las posibilidades que encontramos
en medio de los imposibles.
Este año en
particular, el Festival Nacional de Poesía en la Escuela se nos presenta como
nuestro más claro movimiento frente al vaciamiento del Plan Nacional de Lectura
y la discontinuidad de las políticas de compra de libros por parte del
Ministerio de Educación Nacional. Esos libros que permiten, en las diferentes
escuelas que transitamos, a muchos niños y niñas tener por primera vez la
experiencia de ser lector de biblioteca.
De pronto vemos
a los poetas fotografiados con tiza, en pose de maestros, usando el pizarrón. Y
así la escena escolar se mueve, porque vuelve a señalarnos su necesidad. Migrar
la palabra poética al aula, migrar la palabra áulica a Barriletes.
Uno de los
textos de Germán favoritos de esta Biblioteca es “Decir el mar: algunas
hipótesis sobre la formación docente”. Varias veces lo hemos fotocopiado y dado
a leer a las docentes y bibliotecarias con que trabajamos. Se trata de un texto
viejo, escrito en Santa Fe para otro público, en el cual ninguno de nosotros
nos contábamos. Desde esa escritura hasta aquí, en ese desfasaje de tiempos y
espacios que llamamos lectura, se construye esta Biblioteca. Aún tratamos de
responder a ese texto, Germán. Quizás porque el deseo sigue provocando excesos.
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